Selecciones 10

La Octava entrega.

Ya expliqué en esta entrada de qué se trata.




Selecciones v10.0


No me alcanzará el tiempo para ser eterno
Macedonio Fernández, colaboración de la Zapaya



Riego
las pestañas de tus riesgos
que limpian
las teñidas de tus voces
que odian mi contestador
que espera
tu herida que no hiere
que lastima por no herir


Juan Ja Cinto



APRENDAN GEOMETRÍA


Henry miró el reloj, a las dos de la mañana cerró el libro desesperado. Seguramente lo suspenderían al día siguiente. Cuanto más estudiaba geometría, menos la comprendía. Había fracasado ya dos veces. Con seguridad lo echarían de la Universidad.
Sólo un milagro podía salvarlo. Se enderezó. ¿Un milagro? ¿Por qué no? Siempre se había interesado por la magia. Tenía libros. Había encontrado instrucciones muy sencillas para
llamar a los demonios y someterlos a su voluntad. Nunca había probado. Y aquel era el momento o nunca.
Tomó de la estantería su mejor obra de magia negra. Era sencillo. Algunas fórmulas. Ponerse a cubierto en un pentágono. Llega el demonio, no puede hacernos nada y se obtiene lo que se desea.
—¡El triunfo es vuestro!
Despejó el piso retirando los muebles contra las paredes. Luego dibujó en el suelo, con tiza, el pentágono protector. Por fin pronunció los encantamientos.
El demonio era verdaderamente horrible, pero Henry se armó de coraje.
Siempre he sido un inútil en geometría - comenzó...
¡A quién se lo dices! - replicó el demonio, riendo burlonamente.
Y cruzó, para devorarse a Henry, las líneas del hexágono que aquel idiota había dibujado en vez del pentágono.

Fredric Brown, Colaboración de JLFA




Lo que tiene nuestro destino de nuestro y de distinto es lo que teine de parecido con nuestro propio recuerdo.
Eduardo Mallea



Vocación
En el bar los parroquianos se quejan de su mala suerte. Sueldos rebajados, negocios que se pinchan, las cuentas que llegan como puñaladas de loco, la plata que se esfuma, despidos o amenazas de despidos en los trabajos. Están con la autoestima por el piso. Y al tener la autoestima por el piso, les bajaron las defensas y se ligan cuanta peste anda dando vueltas. Probaron de todo para recuperar la energía y ponerle el pecho a la mala suerte: gemoterapia, aromoterapia, pirámides, curación por metales, armonización bioenergizante, reiki, imposición de manos, musicoterapia, meditación trascendental, canto gregoriano. Nada funciona.
Amigos, abandonen esa parafernalia de baratijas. Yo también pasé por un largo período de yeta. Hasta que un día pisé la pelota, hice una pausa y me dediqué a pensar. Siempre fui gran lector de todo lo relacionado con las ciencias ocultas. Mi período favorito es el Medioevo. Me dije: acá la única solución es la hechicería. ¿Y quiénes son las depositarias del don de la hechicería? Respuesta obvia: las chicas. Tenía cuatro paveando en mi casa: mi esposa, mis dos hijas y mi suegra. Ahí estaban perdiendo el tiempo sin saber del tesoro que encerraban en sí mismas, desaprovechando su talento natural que se remonta a la noche de los tiempos. Así que una mañana, antes de irme a trabajar, dejé un libro sobre el microondas. Después dejé otro. La primera señal la tuve a las tres semanas. Volví a casa y Napoleón, nuestro gato, que tenía el pelo gris, se había convertido en un gato negro. Lo primero que se me ocurrió fue que había andado revolcándose en la leñera de la parrilla donde guardo el carbón. Pero el color era firme. La segunda señal fue una noche que me levanté en la oscuridad para ir a la cocina a tomar un vaso de agua y el living estaba lleno de ectoplasmas fosforescentes. Me impresionaron un poco y en las noches siguientes golpeaba las manos o me ponía a silbar para avisar que iba a pasar. Al final me habitué e intimamos. Yo soy bastante distraído, dos por tres pierdo las llaves. Ahora, cada vez que no las encuentro, aparece un monje sin cabeza de lo más amable y me las alcanza. Es más, cualquier objeto que pierda, el decapitado me lo trae. Una de las cosas a las que me costó un poco acostumbrarme es al potaje de uñas de murciélago, lengua de sapo, diente de dragón, pata de tarántula y hojas de mandrágora, todo pasado por la procesadora. Pero lo que importa son los resultados. Nunca más un resfrío, un mísero dolor de cabeza, tengo el estado físico, el espíritu y el optimismo de un pibe de veinte años. En cuanto a las chicas, también están bárbaras, lindas, vitales, felices de ser útiles. Descubrieron su vocación y se sienten realizadas. Y ahora paso a la parte económica. Primero, estamos ahorrando plata porque eliminamos el gas y la luz, las chicas cocinan con fuego fatuo y hay tal cantidad de ectoplasmas que de noche la casa está iluminada a giorno. En cuanto a mi negocio de repuestos para automotores, era una lágrima, no entraba nadie, ahora no doy abasto. Los inspectores me extorsionaban todo el tiempo, ahora pasan y es como si la puerta se hubiese vuelto invisible, siguen de largo. Ya me ocurrió varias veces que voy a pagarle una factura a un proveedor y me entrega una nota de crédito: “Hubo un error en su cuenta, señor, tiene saldo a su favor”. Resumiendo, no le den más vueltas al tema y aprovechen el potencial que tienen en su casa, o sea las chicas. Tírenles una punta y ellas solitas encontrarán el camino. Así que, amigos, saquen papel y lápiz que les voy a dictar los títulos de los libros con los que hay que empezar para derrotar a la mala suerte.
Maestro –le digo–, además de los indudables beneficios personales, yo tengo una lista de sinvergüenzas a los que me gustaría mandarles un lindo maleficio y dejarlos petrificados para siempre. Pero soy soltero. ¿Podré hacer las cosas por mi cuenta?
Ni lo intente, olvídese, por las suyas no va a conseguir nada. Sea práctico, búsquese una linda chica y cásese sin perder un solo minuto más.
Antonio Dal Masetto


h

A determinado nivel, cuando ya había perdido de vista el plano horizontal vasto por el cual me movía al comienzo, me encontré frente a un círculo completo y perfecto que me atrajo vivamente. Yo estaba parado sobre un rombo bastante amplio y seguro, a pocos metros de distancia, pero no había entre el rombo y el círculo ninguna figura que me llevara directamente hasta allí, y tuve que dar un rodeo muy largo, culpa del cual casi pierdo de vista el círculo a pesar de que, a esa altura, las figuras no eran ya tan abundantes como allá abajo; pero, de pronto, el plano del círculo quedaba de perfil, y se hacía invisible para mi; o se interponían otras figuras.
El círculo estaba inscripto en un plano casi vertical, aunque yo había perdido referencias objetivas de horizontalidad y verticalidad. Me refiero a cómo lo veía desde el rombo cuando lo descubrí. Ya, por ese entonces, había descubierto los cambios que se producían en la gravedad, de acuerdo con mis desplazamientos. Si saltaba a un plano inclinado, desde uno horizontal, lentamente ese plano pasaba a ser, para mí, horizontal. Estoy seguro de haber estado, más de una vez, desde un punto de vista objetivo, totalmente cabeza abajo; sin embargo, mi posición, desde mi propio punto de vista, era siempre vertical.
Así, cuando estuve cerca del círculo, salté hasta él desde un hexágono, transformándolo entonces en un círculo inscripto sobre un plano horizontal. Sin saber por qué me sentí como habiendo llegado a una meta, o por lo menos a un mojón importante en mi camino hacia lo desconocido. Decidí estacionarme allí, por simpatía, para reponer fuerzas y con la vaga sensación de que algo debía suceder.


Novela Geométrica, Mario Levrero

Shows de la real nada


Estuve mirando el programa británico Gran hermano 2, que consiguió la dudosa hazaña de ocupar la primera plana de los diarios sensacionalistas durante las últimas jornadas de una campaña electoral. Según la sabiduría popular, esto se debe a que el programa es más interesante que las elecciones.
Salman Rushdie




Es la memoria un gran don,
cálida muy meritoria
Y aquellos que en esta historia
Sospechen que les doy palo
Sepan olvidar lo malo
También es tener memoria.

Mas naides se crea ofendido,
Pues ninguno incomodo
Y si canto de este modo
Por encontrarlo oportuno
No es para mal de ninguno
sino para bien de todos
(a este lo conocemos todos)




En los cementerios del mundo entero, los seres humanos recientemente fallecidos seguían pudriéndose en sus tumbas, transformándose poco a poco en esqueletos.
Michel Houellebecq


Libros

Entonces pasa que los libros rebasan las ciudades y entran en los campos, van aplastand los trigales y los campos de girasol, apenas si la dirección de vialidad consigue que las rutas queden despejadas entre dos altísimas paredes de libros.
Julio Cortázar, fin del mundo del fin

Everybody knows fix

Todos saben que la pelea está arreglada: el pobre sigue pobre y el rico se hace rico, así es como va.

Leonard Cohen

Araña


muchas veces
mi cabeza queda colgando
como una araña en su tela
sabe que no caerá
porque el hilo de sus pensamientos
la sostiene

el espacio de su red es cada vez mayor
la casa llena de polvo
esconde la luz
nadie se acerca
un desorden propicio
reina

y mi cabeza se balancea en el aire

Maria Clara Salas



Tercera Fundación (dedicado a Asimov, que la mira por internet, ole, olé olé)

Esta ciudad fundada sobre las lomas de las mejores tierras.
Construida a imagen y semejanza del aire puro y de la gente nueva.
La habitan, la viven todavía, empleados, obreros, estudiantes.
Familias en los barrios que reviven las fiestas parroquiales y que a pesar del smog y del desempleo,
a pesar del tránsito ruidoso y enredado y ligero
baldean el frente, el de sus casas.
Se saludan
En las esquina se encuentran vecinos con amigos.
Se respetan
Salen a caminar por sus veredas como si fuera para siempre en el comunitario y único sentido que sabe andar el que es de aquí
De este lugar
patense
mano y contramano


Ricardo Ibarlín



Humildemente me esforzaré en amar,

en decir la verdad,
en ser honrado y puro,
en no poseer nada que no sea necesario,
en ganarme la vida con el trabajo,
en vigilar lo que como y lo que bebo,
en no tener jamás miedo,
en respetar las creencias de los demás,
en buscar siempre lo mejor para los demás,
en ser un hermano para todos mis hermanos.

Mahatma Gandhi, colaboración de C. B.

Chantal sueña...

Chantal tiene un asunto con una frase. Una de esas cosas que pasan, un encuentro casual que se convirtió en algo importante para ambos.
Tienen los mismos gustos. Ella la lleva a una fiesta. Tuvieron éxito. La pareja perfecta.
Todo el mundo sabe lo suyo con la frase.
La frase se pasó todo el año pasado en checoslovaco por razones políticas.
Pero hace poco ha sido traducida.
Para evitar que la frase sea deportada, Chantal ha conseguido que sea leída en la Biblioteca del Congreso. Pero...
...cuando llega la hora descubre que ya no sabe leer.
No tiene ni idea de que dice la frase.
Abatida y triste, Chantal empieza a llorar.

Neil Gaiman, de “Sandman – Casa de muñecas”
Neil Gaiman, colaboración de sotelo
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